Aunque la publicidad del propio gobierno y prensa acreditada en la isla se hacen eco de la apertura al trabajo por cuenta propia, la realidad es que aún hay muchas cosas por cambiar.
Lo que el Gobierno de Cuba presentó hace unos días como una apertura a la actividad económica privada en la isla deja en realidad un estrecho margen para la iniciativa de los emprendedores fuera del aparato estatal e incluso aprovecha para estrechar el cerco sobre el ya limitado ejercicio del periodismo.
Después de eliminar el pasado 6 de febrero la supresión del listado de 127 actividades permitidas para el trabajo en el sector privado, lo que el régimen anunció como una forma de desarrollar el trabajo por cuenta propia, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social publicó ayer a través de internet la lista de las 124 actividades que quedarán prohibidas para el trabajo por cuenta propia.
“Estoy de acuerdo con las prohibiciones que tienen que ver con el control de armas y de todo lo que atente contra la seguridad y/o el bienestar ciudadano”, afirmó el conocido cantautor Silvio Rodríguez en su blog Segunda Cita. Pero “declaro que me leería -completo- el informe que demostrara que el resto de las prohibiciones benefician al pueblo. Por largo que fuera”, añadió.
El acápite 57 de la lista oficial prohíbe la “producción audiovisual y cinematográfica, actividades de grabación de sonido y edición de música, excepto la operación y/o arrendamiento de equipamiento”. En el listado oficial, también se veta la “edición y maquetación de libros, directorios y listas de correos, periódicos, tabloides y revistas en cualquier formato o soporte”, así como las “actividades de agencias de noticias” independientes.
“Las prohibiciones tienden a confundir lo ganado: el reconocimiento del cine independiente con fondos estatales”, dijo a la prensa extranjera el documentalista y productor Juan Pin Vilar. Ahora, se “vuelve a poner en manos de una burocracia corrupta la posibilidad de legitimar quién es artista y cuál obra es arte. Pasaremos del cine independiente al clandestino: pero no vamos a parar”, sentenció.
En una nota divulgada, el Instituto Cubano de Cine (ICAIC) aclaró que “la producción audiovisual y cinematográfica independiente no está afectada por las nuevas disposiciones” sobre el trabajo privado porque las personas creadoras independientes de este sector no son cuentapropistas. Ellas “realizan su actividad desde su condición de artistas, reconocida como una forma de gestión no estatal”, precisó el ICAIC.
En el caso del periodismo independiente, sin bien hasta ahora no estaba prohibido explícitamente, tampoco se reconoce de manera legal. “Seguiré haciendo periodismo independiente…cuando empecé estaba prohibido…ahora está prohibido…mañana parece que estará prohibido”, expresó en su cuenta de Twitter Yoani Sánchez, directora del ilegal periódico digital 14 y Medio. “Lo único que no cambia es mi resolución a informar, contar y reportar. No me fui, no me voy, no me iré [de Cuba]”, apuntó.

La realidad es que todo lo que lleve a la censura, el gobierno cubano siempre tiene una carta bajo la manga.
